Yo declaro que la justicia no es otra cosa que la conveniencia del más fuerte.
Platón
La adulación no hace daño... siempre que no la inhales.
Adlai Ewing Stevenson
Todos los actos instintivos, fatales, aparecen encubiertos bajo ciertos disfraces, con los que voluntariamente nos engañamos para hacer como que obramos libremente, o por un estímulo libremente aceptado, cuando lo cierto es que somos maniquíes.
Ángel Ganivet
Nadie encuentra la vida digna de vivirse. Uno mismo tiene que hacerla digna de ello.
Anónimo
David tiró por tierra a Goliat con la honda y una piedra; así Cristo con la honda de la humanidad y la piedra de la Pasión venció al diablo.
Antonio de Padua
Cuando uno se embarca para cualquier lugar es como si ya hubiese llegado.
François Mauriac
¡Si yo pudiera expresar todo lo que siento! ¡Si todo lo que dentro de mí se agita con tanto calor, con tanta exuberancia de vida, pudiera yo extenderlo sobre el papel, convirtiendo éste en espejo de mi alma, como mi alma es espejo de Dios!
Goethe
La riqueza de un hombre no se encuentra en la cantidad de dinero que posee, sino en la calidad de su conocimiento y educación.
Javier Herrera
Las palabras, como es bien sabido, son los grandes enemigos de la realidad.
Joseph Conrad
La indulgencia no debe hablar demasiado alto, si no quiere despertar a la justicia.
Joseph Joubert
Muchas de esas personas involucradas con Adolf Hitler eran satanistas, muchas de ellas homosexuales; las dos cosas parecen ir juntas.
Pat Robertson
Es menester que te dejes llevar por cierto descuido en la elección de tus palabras: nada más placentero que una canción gris, donde se mezcla lo indeciso a lo preciso.
Paul Verlaine
Un conjunto de buenas imágenes puede ser detestable.
Robert Bresson
La vida auténtica es conciencia interdependiente (conciencia del universo) más conciencia dependiente (o conciencia del ego).
Taisen Deshimaru
Detesto lo que escribes, pero daría mi vida para que pudieras seguir escribiéndolo.
Voltaire
La que en hombres apocados llamamos paciencia, en los pechos esforzados no es sino cobardía.
William Shakespeare