Tres facultades hay en el hombre: la razón que esclarece y domina; el coraje o ánimo que actúa, y los sentidos que obedecen.
Platón
Quien, aunque fuera una sola vez, amó y fue amado de verdad, por miserable que sea su vida ulterior, no debe maldecir demasiado del destino.
Arturo Graf
El amor es un arte que nunca se aprende y siempre se sabe.
Benito Pérez Galdós
La esencia de la juventud, por supuesto, es un juego, que mis amigos y yo hicimos sin cesar en las calles que a regañadientes compartimos con el tráfico.
Bill Cosby
Cambias el curso de mis cosas cada día y enseñas a mis ojos a ver, precisamente estar cerca de ti me resulta una cosa natural y no podría dejar que te fueras, no importa lo que suceda porque te amo más que nunca, ahora que el pasado se ha ido.
Bob Dylan
Todo cuanto ocurre en la guerra, lo hace mediante las fuerzas militares; allí donde se emplea una fuerza, es decir, hombres armados, la idea del combate tiene que prevalecer necesariamente por encima de todo.
Carl von Clausewitz
Más allá de la tierra, más allá de gusanos y de ángeles, más allá del mismo hombre y de la muerte, Dios hizo a los poetas, más allá, para que nadie los alcance.
Elia Casillas
Y se hizo luz, se hizo silencio, y en un momento todo paró y nació el amor.
Ismael Serrano
Para hacerme poderosa solo necesito una cosa: educación.
Malala Yousafzai
La gracia sustentadora no promete ausencia de aflicciones sino la presencia de Dios.
Max Lucado
Cuánto te habrá dolido acostumbrarte a mí.
Pablo Neruda
Por más que se lo destruya el poder del amor como servicio siempre resucita. Su fuente está más allá de toda indicación humana; es la paternidad amorosa de Dios fuente inalcanzable e incuestionable.
Papa Francisco
Nada detiene a una raza animada de ideas que no se doblan, y sostenida por el austero afán de guardarse idéntica a sí misma. Nada, ni el acero de las armas, ni el oro de las opulencias, salva a una raza que pierde el carácter.
Rafael Barrett
La hermandad basada en la igualdad es la meta suprema de la sociedad humana.
Ramana Maharshi
Si una madre puede matar a su propio hijo en su propio cuerpo, ¡qué razón hay para que no nos matemos unos a otros!
Teresa de Calcuta
Dios nos regaló estos descansos.
Virgilio