El tiempo transcurrido en glorificar a Dios y en cuidar la salud del alma, no será nunca tiempo perdido.
Pío de Pietrelcina
A pesar de ser un solitario mi conciencia de pertenecer a la comunidad invisible de aquellos que luchan por la verdad, la belleza y la justicia me ha impedido sentirme aislado.
Albert Einstein
La poesía japonesa acierta: la contemplación de los paisajes es lo que más cosas dice de nosotros.
Amélie Nothomb
Si hay que comer carne de cerdo, que al menos sea de la mejor calidad.
André Kostolany
Hay un hombre que no olvida: el olvidado.
Anónimo
Me siento navegante, o mejor, explorador del inmenso universo del arte. El artista es un descubridor, busca las llaves para abrir la puerta de las emociones y de las sensaciones. El arte es un lugar donde racionalidad, fantasía, verdad y ficción se esposan creando una mezcla explosiva.
Augusto De Luca
No es verdaderamente impío el hombre que niega los dioses que la multitud venera, sino aquél que afirma de los dioses lo que la multitud cree de ellos.
Epicuro
Siempre he preferido el reflejo de la vida a la vida misma. Si he elegido los libros y el cine desde la edad de once o doce años, está claro que es porque prefiero ver la vida a través de los libros y del cine.
François Truffaut
El hombre honrado a carta cabal queda siempre como un caballero, pero se queda siempre donde está; raras veces avanza.
Friedrich von Logau
Hago canciones y las canto; y cuando hago mis canciones río, lloro, canto v murmuro, pues ello complace a Dios. Con mis risas, lágrimas, canciones y murmullos complazco al dios que es mi dios.
Harlan Ellison
En tiempo de desolación nunca hacer mudanza.
Ignacio de Loyola
La cualidad indispensable para un buen cocinero es la puntualidad, pero es también la de los invitados.
Jean Anthelme Brillat-Savarin
Estamos ligados por vínculos tenues a la prosperidad o a la ruina.
Mary Shelley
Lo abrazas todo, no siendo ni uno ni todo.
Proclo
Ponerse a prueba es buena solución.
Rapsusklei
Anunciad un mensaje agradable con cien lenguas a la vez; pero dejad que las malas noticias se revelen por sí propias al descargar el golpe.
William Shakespeare