El poder. El hombre es un yo puedo, un conjunto de capacidades sensomotrices o intelectuales. El mundo deja de serme ajeno, e incluso hostil, cuando lo domino. Sin embargo, nuestra libertad choca con otras libertades y creemos que nuestra elección se limita a someter a estar sometidos. La servidumbre de algunos de nuestros semejantes nos afianzaría en nuestro poder.