Lo importante es recordar que fue lo que más le impresionó y ponerlo en tela tan rápido como sea posible.
Pierre Bonnard
Sincronizar un golpe es el secreto para golpear potentemente.
Bruce Lee
El procura excitar mi odio por todos los medios. Su modo de obrar me produce a veces una estupefacción que me hace olvidar el terror que siento. Y eso que un tigre o una serpiente no me atemorizarian mas que él.
Emily Brontë
Admitir que la no-verdad es condición de la vida: esto significa, desde luego, enfrentarse de modo peligroso a los sentimientos de valor habituales; y una filosofía que osa hacer esto se coloca, ya sólo con ello, más allá del bien y del mal.
Friedrich Nietzsche
La opinión miope de muchos es determinada siempre por la impresión de última hora.
Heinrich von Treitschke
Cada vez más, el ateísmo contemporáneo se torna positivo, orgánico, constructivo.
Henri de Lubac
¡Oh, cuán esplendoroso se presenta el mundo ante quien, con ferviente corazón, va hacia delante, bajo un cielo brillante y glorioso, y contempla la obra bien acabada y los días bien empleados!
Henry Wadsworth Longfellow
Una lágrima tuya me moja el alma mientras gimen las cuerdas de mi guitarra.
Homero Manzi
En una persona desaseada, hasta los pensamientos tienen mal olor.
Ignacio Manuel Altamirano
Todo ser nace sin razón, continúa por debilidad y muere por encuentro.
Jean-Paul Sartre
Lo que más me inquieta es que en España todos se preguntan: ¿qué va a pasar? Casi nadie se pregunta: ¿qué vamos a hacer?
Julián Marías
No renuncio a nada, simplemente hago lo que puedo para que las cosas me renuncien a mí.
Julio Cortázar
Quien no ama a nadie ignora la alegría de vivir.
Muslih-Ud-Din Saadi
¿Cómo puedo yo quererte bien, si soy mi propio enemigo?
Nacho Vegas
Una persona ociosa tienta al diablo para que la tiente.
Richard Kingston
El modo en que un hombre acepta su destino y todo el sufrimiento que éste conlleva, la forma en que carga con su cruz, le da muchas oportunidades -incluso bajo las circunstancias más difíciles- para añadir a su vida un sentido más profundo.
Viktor Frankl