Saber hacer vale más que saber.
Pierre-Augustin de Beaumarchais
Lo nunca dicho se disuelve en un té, como el infiel dice, nunca lo haré
Amaia Montero
No me gustaría decir en qué sentido interviene el Espíritu Santo en la elección del Papa, porque está claro que hay muchos ejemplos de pontífices en los que no ha tenido nada que ver.
Benedicto XVI
Y aun si mi hijo fuera hereje, yo mismo traería la leña para quemarle.
Felipe II de España
El liderazgo es la otra cara de la moneda de la soledad, un líder siempre debe actuar por sí solo. Y por sí solo, aceptar todo.
Ferdinand Marcos
Tenía muchas ilusiones. Pocas esperanzas pero muchas ilusiones. En la música, que también para mí era importante. Pero luego encontré la heroína, al principio de puta madre, pero luego era caerse y caerse por un barranco. No hay futuro para ti ni futuro para mí en ese mundo.
Iosu Espósito
¿Sabes la razón por la cual se piensa que sólo las personas de color tienen alma? Porque los blancos no se permiten sentir con el alma.
Janis Joplin
Mear es como un buen libro: cuando empiezas, es muy muy difícil parar.
John Green
La patria es dicha de todos, y dolor de todos, y cielo para todos, y no feudo ni capellanía de nadie.
José Martí
La vejez es una condena sin derecho a recurso.
Marcello Mastroianni
Todo lo que signifique enfrentar puntos de vista que generen polémica en un ámbito más profundo de revisión de lo que se está discutiendo, lo trato de evitar.
Marcelo Bielsa
Una sociedad sin pasiones es estacionaria.
Marlene Dietrich
La ficha del retiro me cayó después del partido que le ganamos a River. Ahí me di cuenta que se estaba terminando mi carrera.
Martín Palermo
La vanidad muere con dificultad. En algunos casos obstinados, sobrevive al hombre.
Robert Louis Stevenson
Cuando las formas de una cultura vieja van muriendo, la nueva cultura es creada por las pocas personas que no le temen a la inseguridad.
Rudolf Bahro
La confianza ha de darnos la paz. No basta la buena fe, es preciso mostrarla, porque los hombres siempre ven y pocas veces piensan.
Simón Bolívar