Era austero a la manera en que la hoja de un cuchillo es austera: amenazante si no la manejas con el mayo cuidado.
Philip Roth
El camino no es largo cuando amas a quien vas a visitar.
Anónimo
Ahí está esa vieja teoría de que la humanidad y el planeta son el centro del universo. Eso fue desechada - ¿cómo podemos ser tan presuntuoso?
Dan Aykroyd
Las horas son largas y la vida es corta.
François Fénelon
Cuando no queden en el mundo más que hombres sensatos, una doncella literata seguirá doncella toda su vida.
Jean-Jacques Rousseau
Si hay un principio grabado en cada átomo de la creación visible más profundamente que otro alguno, este principio no es la libertad, sino la ley.
John Ruskin
Pero, ¿cómo no amarla señor, si tú hiciste que fuera turbadora y fragante como la primavera?
José Ángel Buesa
Todo lo que se refiere a mí y a los compañeros de partido que figuran allí no es cierto, salvo alguna cosa que es lo que han publicado los medios de comunicación.
Mariano Rajoy
Casi se oía el volar estremecido de los copos de nieve en su constante indecisión entre el cielo y la tierra.
Miguel Delibes
La presión de nuestras ocupaciones y la incesante corriente de impresiones que se vierten en nuestra conciencia a través de todas las puertas del conocimiento hacen que la existencia moderna sea arriesgada en muchos modos.
Nikola Tesla
Creo que el hombre debe vivir en su propio país y creo que el desarraigo es para el ser humano una frustración que, de una u otra manera, atrofia la claridad de su espíritu.
Pablo Neruda
La antimateria se comporta exactamente igual que la materia.
Richard Feynman
Pero tengo promesas que cumplir, y andar mucho camino sin dormir, y andar mucho camino sin dormir.
Robert Frost
La gente cree que el poeta es más bien un individuo enflaquecido, soñador, que vive en la evasión. No: vive en la mayor realidad posible. La poesía, para mí, es el mayor realismo posible.
Roberto Juarroz
Tiemblo siempre de no haber escrito sino un suspiro cuando creo haber consignado una verdad.
Stendhal
De niños, nuestras vidas fueron gongs golpeados; clamor y alarde; llanto de desesperación; palmadas en la nuca en los jardines.
Virginia Woolf