Todo el mundo comete errores. La clave está en cometerlos cuando nadie nos ve.
Peter Ustinov
Si el padre es arbusto quiere que el hijo árbol sea. Si el padre es una piedra, una montaña el hijo ha de ser.
Alfred Doblin
La arcilla fundamental de nuestra obra revolucionaria es la juventud.
Che Guevara
El hombre que no medita y obra con precipitación, no podrá evitar grandes fracasos.
Confucio
Un día le dije a mi madre: mamá, quiero ser actor, y ella dijo: no, no quieres, y le dije: Ok.
Daniel Radcliffe
La razón y la fe son las dos orillas del mismo río.
Doménico Cieri Estrada
No le dé su dinero a la iglesia, ellos deberían darle dinero a usted.
George Carlin
Otras más variadas: El fin supremo de la ciencia es la verdad: el fin del Arte es el placer.
Gotthold Ephraim Lessing
¡Fuego rasante que el pueblo nos contempla!
Guillermo Brown
Feliz es la persona que puede reírse de sí mismo. Nunca dejará de ser divertido.
Habib Burguiba
Amor es voluntad dulce y sabrosa, que todo corazón duro enternece: el amor es el alma en toda cosa, por quien remoza el mundo y reverdece.
Juan Boscán
El burgués es la figura simétrica del romántico.
Paul Valéry
La naturaleza no podría engendrar nada nuevo, si la obligasen a conservar lo viejo. Las formas son infinitas, pero la materia no, y es forzoso fundir el bronce de las estatuas pasadas para hacer las futuras. Por eso, si los ancianos no murieran, los niños cesarían de nacer. Por eso la muerte mantiene el amor sobre la Tierra.
Rafael Barrett
Estaréis en vuestra casa mirando la televisión y de pronto aparecerá un anuncio en la pantalla y una voz dirá, ¡Comed las chocolatinas de wonka! ¡Son las mejores del mundo! ¡Si no lo creéis, probad una ahora mismo...! ¡Y lo único que tendréis que hacer es alargar la mano y cogerla! ¿Qué os parece, eh?
Roald Dahl
Los agoristas son rothbardianos estrictos y, yo diría en este caso, aún más rothbardianos que el mismo Rothbard, quién aún tenía algo de confusión en su pensamiento.
Samuel Edward Konkin III
No visualices batiendo al arquero, visualizalo destruyéndolo.
Steven Gerrard