Maradona tuvo mucha suerte porque pese a todo lo equivocado que ocurrió en su vida, como las drogas, hay personas que aún le ofrecen empleo.
Pelé
La fórmula del positivismo: el amor como principio, el orden como base, el progreso como fin.
Auguste Comte
Me falta confianza como actor.
Charles Durning
Hasta la luz y el sonido tienen límite de velocidad.
Chuck Palahniuk
El amor no crece a un ritmo regular, sino que avanza a impulsos, a sacudidas, a saltos bruscos.
Ian McEwan
Estoy convencida de que a los hombres se les debe hablar con desdén y descaro, pues si no los obligamos a guardar las distancias debidas se vuelven muy impertinentes.
Jane Austen
En literatura, el gusto, las reglas, el género, la belleza, son invariables por esencia, como la moral.
Joseph Joubert
Pero no olvides que soy una chica, delante de un chico, pidiendo que la quiera.
Julia Roberts
No puedes permitir que tu deseo de ser un ganador te afecte por alcanzar el éxito antes y creo que hay espacio para mejorar en cada deportista.
Lionel Messi
¿Cómo tratas a los ancianos? Lo que hoy das es lo que has de encontrar mañana cuando envejezcas.
Louise Hay
Que hoy el asfalto arde y me siento como un cobarde por decir te quiero demasiado tarde.
Nach
Hay personas que piensan que viven en la oscuridad y con sus vivencias manifiestan que existe la luz; muchos otros creen vivir en la luz y con sus manifestaciones nos demuestran que la oscuridad existe.
Norys Uribe Santana
Hay una distancia inconmensurable entre tarde y demasiado tarde.
Og Mandino
Entrevistador: ¿Tienes algún problema con el alcohol? - Ozzy Osbourne: Si, no encuentro ningún bar.
Ozzy Osbourne
Si tú abandonas y, en contra de tu propio interés, haces lo que quiere la otra persona, tarde o temprano nacerá dentro de ti el resentimiento. Y entonces, sólo es cuestión de tiempo el que tú, consciente o inconscientemente, encuentres la manera de vengarte de la otra persona.
Spencer Johnson
Los exploradores, que preparaban el camino del mejor modo posible, y una parte de la vanguardia fueron devorados antes de poder advertirlo. La confusión era extrema; los lobos, los tigres y demás carniceros, invitados por sus compañeros, acudían de todas partes. Se escuchaban crujidos de huesos y, en el aire, un espantoso aleteo; los buitres comenzaban a añadirse al festín.
William Beckford