Y mientras siguen dando vueltas y vueltas, entregándose, engañándose, tus rostros, tus caprichos y tus besos, tus delicias volubles, tus contactos rápidos con el mundo, haber llegado yo al centro puro, inmóvil, de ti misma, y verte cómo cambias, y lo llamas vivir, en todo, en todo si, menos en mí, dónde te sobrevives.