Insistir en la nada. Insistir en la nada. Muchas veces al día.
Pedro Juan Gutiérrez
El tenía unos principios que estimaba inconmovibles, por no haberlos removido nunca. En cuanto se remueve un principio básico, se encuentran tales cosas debajo, que se da uno cuenta de, que no podía ser una base.
Anatole France
La valentía es contagiosa.
Benedict Cumberbatch
Hay virtudes tan espaciosas, por lo sublimes, que desbordan los límites de la furiosa envidia.
Claudiano
¿Por qué en Vic hacen unas butifarras tan buenas y unos bolis tan malos?
El Gran Wyoming
Los pies de un hombre deben estar en su país, pero sus ojos deben observar el mundo.
George Santayana
¿Qué pueden nuestras manos diestra y siniestra contra esta madurez de la muerte en zafra de tormentas? Si hay un reloj menudo que nos roe, burbuja con las patas de abeja y una fugaz respiración de hormiga, el corazón de almendra, cada vez más enfermo de altura eterna.
Gonzalo Escudero
A veces no hay nada tan importante como los recuerdos.
Haruki Murakami
Todos vivimos en un mundo de fantasía e imaginación cuando somos niños, y para algunos de nosotros ese mundo de fantasía continúa cuando crecemos.
Jim Henson
El indio se redimirá merced a su esfuerzo propio, no por la humanización de sus opresores.
Manuel González Prada
El gobierno que presido no es de un partido político y menos de una fracción. Es un gobierno de unidad nacional.
Mauricio Funes
No sé qué es de mi oreja sin tu acento, ni hacia qué polo yerro sin tu estrella, y mi voz sin tu trato se afemina. Los olores persigo de tu viento y la olvidada imagen de tu huella, que en ti principia, amor, y en mí termina.
Miguel Hernández
En asuntos de vital importancia, lo vital es el estilo, no la sinceridad.
Oscar Wilde
Si el corazón y la cabeza están en contradicción, al fin será el corazón quien decida. La pobre cabeza cede siempre porque es la más prudente.
Paul Johann Ludwig von Heyse
¿Se puede morir de felicidad?
Rosamund Pike
De manera que ahora soy un ser de ninguna parte, forastero en todas; huésped, en el mejor de los casos. También he perdido a mi patria propiamente dicha, la que había elegido mi corazón, Europa, a partir del momento en que ésta se ha suicidado desgarrándose en dos guerras fratricidas.
Stefan Zweig