¡Oh tú, plausible error de los errores, mina sagaz de dóricos espacios, dorado panteón de los palacios, dolor apetecido, falaz amor, agravio consentido, perniciosa alabanza, culpa ajena de propia confianza! Áspid disimulado, y, en fin, ¡oh tú, delito tolerado, oh tú, lisonja!..