De golpe se acercan unas elecciones y no sabes a quién votar. Sé lo que no quiero votar, pero lo que quiero votar no lo veo. Eso produce una impotencia enorme y los políticos deberían darse por aludidos.
La gente que cree en la política es como la gente que cree en Dios: soban aire con pajitas torcidas.
La sangre noble es un accidente de la fortuna; las acciones nobles caracterizan al verdadero grande.