No soporto al artista cuya principal motivación sea la provocación. Creo que los grandes provocadores lo son sin proponérselo.
Pedro Almodóvar
Prefiero ser suficientemente loco por hacer locuras, antes de ser suficientemente estúpido por creer en las tonterías.
Andrea Mucciolo
Me cogió el tarde.
Andrés López
Amo mi vida y estoy contento con ella. No necesito que se le aplique una capa de dorado. Yo no concibo una vida sin secretos y sin purificaciones, una vida brillantemente reflejada en el espejo de un escaparate de exposición.
Borís Pasternak
Un film es una cosa viva. No soy de los directores que se atienen a lo que hay escrito. Mis películas cambian enormemente durante el rodaje.
François Truffaut
Canta en la noche, canta en la mañana, ruiseñor, en el bosque tus amores; canta, que llorará cuando tú llores el alba perlas en la flor temprana.
José de Espronceda
¿Qué puede el verdadero amor cambiar? ¿O nos es de tal modo que nos empuja a ser sí mismos? ¿Para uno en el otro?
Juan Gelman
La fuerza te acompañará siempre.
Mark Hamill
La revolución egipcia es una maravilla. Me decía a mí mismo: esto va a ser terriblemente violento y fue magnífico.
Martin Amis
Los fundamentos de la ética capitalista exigen que usted gane su pan con el sudor de su frente... a menos que usted posea medios privados.
Michał Kalecki
Médicos. Hombres de suerte. Sus éxitos brillan al sol... y sus errores los cubre la tierra.
Molière
El carácter es una voluntad desarrollada.
Novalis
Ahora están de moda los uniformes militares porque el ejército se impone. La próxima moda será la de los uniformes quemados porque la próxima guerra será atómica.
Paco Rabanne
Se dice que la lujuria hace envejecer al hombre, pero mantiene joven a la mujer.
Raymond Chandler
Las revoluciones proletarias se revisan a sí mismas, y los revolucionarios también.
Santiago Carrillo
Trajano no necesitaba de consejeros imperiales para saber eso. No había que ser ni un genio ni un filósofo griego para saber que a más impuestos menos gastaba la gente y la economía del Imperio terminaría en un colapso absoluto que no interesaba a nadie. Sólo los imbéciles eran incapaces de no ver algo tan sumamente simple.
Santiago Posteguillo