El progreso científico y tecnológico que no responde fundamentalmente a los intereses humanos, a las necesidades de nuestra existencia, pierde, para mí, su significación.
Paulo Freire
No tengo el propósito de interferir, ni directa ni indirectamente, en la institución de la esclavitud en los estados donde existe. Creo que no tengo ningún derecho legal a hacerlo, y no tengo ninguna intención de hacerlo.
Abraham Lincoln
Cuando la vida se teje con estambres legalistas surge una atmósfera de mediocridad moral que paraliza los más nobles impulsos humanos.
Aleksandr Solzhenitsyn
No discutamos la opinión de nadie. Pensemos que, si quisiéramos quitarle de la cabeza a alguien todos los absurdos en que cree, podríamos alcanzar la edad de Matusalén sin haber acabado.
Arthur Schopenhauer
Sé que tengo un trabajo que me gusta, y cuando parece que a la gente le gusta lo que hago, aún me gusta más. Cuando emano algo me vuelve más fuerte, lo que creo que me da energía.
B.B. King
... en el Estado democrático, dónde todos deciden, de común acuerdo, vivir solamente según el dictamen de la razón.
Baruch Spinoza
El hombre clásico es tan solo un manojo de rutina, ideas y tradición.
Bruce Lee
Nunca olvidéis, discípulos, que un gobierno opresor es más cruel que un tigre.
Confucio
El talento, en buena medida, es una cuestión de insistencia.
Francisco Umbral
La pobreza es el mejor remedio para la diabetes.
Gabriel García Márquez
Cuando un hombre hace dejación de su egoísmo en bien de sus semejantes, siente una infinita alegría, recibe un infinito consuelo, cree que Dios lo corona de gloria y vive más amplia y dignamente.
Juan Ruiz de Alarcón
Una mujer verdaderamente honrada no sólo no debe cometer el mal, sino que tampoco debe levantar sospechas de que lo comete.
Marqués de Sade
Bendito aquel cuya fama no hace palidecer el brillo de la verdad.
Rabindranath Tagore
Y pensar que pudimos enlazar nuestras manos y apurar en un beso la comunión de fértiles veranos...
Ramón López Velarde
Un poco de agua hace un mar, un pequeño soplo una tempestad de viento.
Thomas Browne
Una mujer le dijo a mi conocido polaco que varios hombres de la Gestapo habían entrado en la maternidad judía, se habían llevado a los recién nacidos, los habían puesto en un saco, habían salido y los habían echado a un coche fúnebre. Los malvados no se conmovieron con el llanto de los niños ni con las quejas desgarradoras de las madres. Aunque casi no se pueda creer, fue así.
Wladyslaw Szpilman