¿Qué es el éxito? Es poder irse a la cama cada noche con el alma en paz.
Paulo Coelho
Gracias a Dios mira como estoy, de puta madre.
Belen Esteban
El placer que los hombres pueden proporcionar en la conversación no guarda una proporción fija con sus conocimientos o su virtud.
Ben Jonson
No es verdad que todos mis colaboradores forzosamente acaben dándose a la bebida. Algunos también se suicidan. ¡Yo no tengo infartos, los provoco!
Billy Wilder
Es lamentable que las cosas se vean como ganadores y perdedores, porque al final, lo que importa es el rendimiento.
Hilary Swank
Mi mujer es ardiente y se entrega como mi canción.
Jens August Schade
La sabiduría no ejerce ninguna autoridad y aquellos que ejercen la autoridad no son sabios.
Jiddu Krishnamurti
No conviene nunca ofrecer a la atención, ni inculcar en la memoria de los hombres, máximas perniciosas bien expresadas.
Joseph Joubert
Pueblo, si los que te gobiernan dejan de ser gobernantes, y se convierten en verdugos, y te chupan la sangre, y te ofenden y mancillan; la revolución es un derecho de los tuyos, ejércelo.
Juan Montalvo
Tomad las riendas del imperio vuestro y dad materia á nuevo y mayor canto: y empiecen á sentir el duro peso (que por el mundo todo cause espanto) de ejércitos y hazañas singulares, de África tierras y de oriente mares.
Luís de Camões
Frío e insípido es el consuelo cuando no va envuelto en algún remedio.
Platón
Tus bienes y tus males dependen de aquellos con quienes más te hayas juntado.
Los hombres de Marte comprendieron que si querían sobrevivir tenían que dejar de preguntarse de una vez por todas: ¿Para qué vivir? La respuesta era la vida misma.
Ray Bradbury
Lo que ocurre en las junturas. Las grandes batallas, decía el general M..., se libran casi siempre en los puntos de intersección de los mapas de estado mayor.
Robert Bresson
Es difícil hacer justicia a quien nos ha ofendido.
Simón Bolívar
El sentido del mal consistía en sobrevivir a él y estaban decididos (sin haber sido conscientes jamás de haberse hecho ese propósito) a sobrevivir a las inundaciones, a los blancos, a la tuberculosis, al hambre y a la ignorancia. Conocían bien la rabia, pero no la desesperación, y no lapidaban a los pecadores por la misma razón que no se suicidaban: estaban por encima de esas cosas.
Toni Morrison