Continúa en el camino del arco, pues es el recorrido de una vida. Pero aprende que un tiro correcto y certero es muy diferente a un tiro con paz en el alma.
Paulo Coelho
Se le perdió la luz a la palabra y ahora busca una mano para cruzar la calle cuando la eternidad alguna vez fue suya.
Beatriz Villacañas
La Poesía no explica el mundo, da fe de su misterio.
El tiempo que se da para el disfrute nunca es perdido.
Giacomo Casanova
¡Conciencia! ¡Conciencia! Divino instinto.
Jean-Jacques Rousseau
La unión de la industria con la agricultura no es condición del bienestar del artesano, sino, por el contrario, de su mayor opresión. Como está sujeto al lugar de residencia, se ve obligado a aceptar cualquier precio que se le ofrezca,...
Lenin
El tiempo no lo cura todo, pero sí desplaza lo incurable del centro de atención.
Ludwig Marcuse
No aterra como enemigo; acomete al adversario, le envuelve y le estrecha, pero no le desarma ni le vence; abraza con descomunales brazos de gigante, y aprieta con fuerzas de pigmeo.
Manuel González Prada
Tenemos una sola vida, sino que pronto será pasado, lo que hacemos por Dios es todo lo que va a durar.
Muhammad Ali
Cuando, para él, los oprimidos dejan de ser una designación abstracta y devienen hombres concretos, despojados y en una situación de injusticia: despojados de su palabra, y por esto comprados en su trabajo, lo que significa la venta de la persona misma. Sólo en la plenitud de este acto de amar, en su dar vida, en su praxis, se constituye la solidaridad verdadera.
Paulo Freire
Muchas veces ignoramos que para crecer tenemos necesidad de pan duro; es decir, necesitamos cruces, pruebas, contradicciones.
Pío de Pietrelcina
Una gran proporción de la literatura que ha sobrevivido ha tenido que ver con distintas formas de muerte violenta.
Raymond Chandler
Todos los deportes son manifestaciones control de tiempo.
Richard Buckminster Fuller
Llevadero sería todo trabajo, si no lo acrecentase la opinión de las gentes.
Séneca
Nada consuela más al novelista que descubrir lecturas que no se le habían ocurrido y que los lectores le sugieren.
Umberto Eco
El señor Ramsay abrió los brazos al tropezar en el pasillo una mañana oscura, pero, como la señora Ramsay había muerto de forma inesperada la noche anterior, los brazos extendidos siguieron vacíos.
Virginia Woolf