Cuando se ama no tenemos ninguna necesidad de entender lo que sucede, porque todo pasa a suceder dentro de nosotros.
Paulo Coelho
El amor verdadero es el fruto maduro de la vida. A los dieciocho años no se le conoce, se le imagina.
Alphonse de Lamartine
La amante que te concede su cuerpo y no su corazón, te regala rosas sin espinas.
Anónimo
Ya que el pueblo no me quiere y el ejército me abandona, hagan ustedes lo que quieran.
Baltasar Hidalgo de Cisneros
Soy tuya, estoy hecha a tu medida.
Elena Anaya
Los montes más altos engañan: parecen más pequeños.
Gleb Gusev
El crecimiento y desarrollo de las personas es la más alta vocación de liderazgo.
Harvey Samuel Firestone
Zinedine Zidane es el más grande hace diez años y no se ríe.
Juan Román Riquelme
La proximidad al poder hace pensar a algunos que pueden ejercerlo.
Kevin Spacey
Reconozco que no soy un santo, que me gusta la noche y que las ganas de juerga no me las quita ni mi madre. Sé que soy un irresponsable y un mal profesional, y puede que esté desaprovechando la oportunidad de mi vida. Lo sé, pero tengo una tontería en el coco: no me gusta tomarme el fútbol como un trabajo. Si lo hiciera no sería yo. Sólo juego por divertirme.
Mágico González
La segunda ya tal...
Mariano Rajoy
El lenguaje no sólo describe la realidad, sino que además es capaz de crearla. Nuestra forma de hablarnos a nosotros mismos afecta tremendamente a nuestra manera de relacionarnos con el mundo.
Mario Alonso Puig
El amor no es un sentimiento que se adhiere al Yo de manera que el Tú sea su contenido u objeto; el amor está entre el Yo y el Tú. Quien no sepa esto, y no lo sepa con todo su ser, no conoce el amor, aunque atribuya al amor los sentimientos que experimenta, que siente, que goza y que expresa.
Martin Buber
Mi invento del fonógrafo no tiene ningún valor comercial.
T. S. Eliot
Uno de los acompañamientos necesarios del capitalismo en una democracia es la corrupción política.
Upton Sinclair
En la guerra quedan satisfechos sumamente pocos deseos humanos, y de éstos, precisamente los más odiosos.
Walter Savage Landor