Seremos juzgados por el bien que dejamos de hacer.
Paulo Coelho
Las razones de nuestros actos son oscuras, y los resortes que nos impelen a la acción quedan profundamente ocultos.
Anatole France
Carlitos.- ¡Mi mente y mi cuerpo se odian el uno al otro!
Charles M. Schulz
El orden conduce a todas las virtudes, pero, ¿qué conduce al orden?
Georg Christoph Lichtenberg
La malicia de las buenas personas es peligrosísima.
Giulio Andreotti
La sensación de ir bien vestido da a veces una paz que la religión misma no puede dar.
Herbert Spencer
¡Con qué santo temor deberíamos de hablar, pues! Habiendo en la palabra todo el misterio y toda la luz del mundo, deberíamos hablar como encantados, como deslumbrados. Porque no hay nombre, por ínfima cosa que nos represente, que no haya nacido en un instante de inspiración, reflejando algo de la luz infinita que engendró el mundo.
Joan Maragall y Gorina
El hambre viene y desaparece, pero la dignidad, una vez perdida, nunca vuelve.
John Malkovich
Su personalidad es todo brillo y arista: Firmeza y luz, como cristal de roca, breves palabras que sintetizan su definición perfecta.
José Ingenieros
Gobernar a base de miedo, es muy eficaz. El miedo hace que no se reaccione, el miedo hace que no se siga adelante. El miedo es mucho más fuerte casi, desgraciadamente que el altruismo, que el amor, que la bondad. El miedo nos lo están dando todos los días en los medios de comunicación.
José Luis Sampedro
Por norma, los hombres se preocupan más de lo que no pueden ver que de lo que pueden.
Julio César
Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol.
Martin Luther King
Y ni siquiera hace falta el lápiz o la carbonilla. También se puede dibujar con el pincel. Pero hay que dibujar, porque si no, no hay cuadro que resista.
Raul Soldi
Las pasiones reprimidas, como otros elementos naturales, suelen hacer erupción en el punto menos esperado.
Stefan Zweig
Los daños ya causados eran irremediables, pero al menos no se volverían a cometer.
Ursula K. Le Guin
A menudo, cuando, acostado, me encuentro pensativo, brillan resplandores que iluminan mi ojo interior - bendita gracia de la soledad -, y entonces mi corazón se llena de placer y danza al compás de los narcisos.
William Wordsworth