Vivir es experimentar. Y no quedarse pensando en el sentido de la vida.
Paulo Coelho
Creo en la sonrisa del recién nacido.
Amaia Montero
Las despedidas siempre duelen, aún cuando haga tiempo que se ansíen.
Arthur Schnitzler
Su ayuda es mi sueldo. Su sueldo es la cuadratura de mí círculo, que saco con los dedos para mantener su agilidad. Su calculadora es mi mano a la que le falta un dedo con el que me prevengo de los errores de cálculo.
Enrique Lihn
El remordimiento es como la mordedura de un perro en una piedra: una tontería.
Friedrich Nietzsche
Los hombres ricos, sin convicciones, son más peligrosos en la sociedadmoderna que las pobresmujeres sin castidad.
George Bernard Shaw
Ciertamente, señor, la consolación que no va envuelta en algún remedio no vale un cornado, y por eso, cuando no puedo remediar, no curo de consolar. Entiendo yo, señor, que más descansa hombre contando sus propios males, que oyendo consolaciones ajenas, cuando no hay remedio de presente o lo promete de futuro.
Hernando del Pulgar
¿Quién no conoce y confiesa que es muy difícil contener con leyes las fuerzas y el poder de un hombre en cuyas manos están concentrados todos los medios de que dispone la república?
Juan de Mariana
Dicen que lo mejor para ocultar una gran mentira es rodearla de numerosas mentiras pequeñas.
Kōbō Abe
No nos acostumbremos a ver injusticias, sin que se nos encienda la ira, y la actuación.
Luís Espinal Camps
Porque el honor es de materia tan frágil que con una acción se quiebra, o se mancha con un aire.
Pedro Calderón de la Barca
Lo que es tuyo es mío, y lo que es mío es tuyo.
Platón
Creyeron en los apóstoles y, después, en los pastores y doctores de la Iglesia, los cuales les recomendaron que habían de retener fe en la historia que se narra en el Antiguo y en el Nuevo Testamento.
Thomas Hobbes
Sólo tuve que tomar la idea de hipertexto y conectarlo con las ideas de TCP y DNS y -¡ha-la!- la World Wide Web.
Tim Berners-Lee
No ver a las personas es cosa que permite suponer en ellas todas las perfecciones.
Victor Hugo
Valor es lo que se necesita para levantarse y hablar; pero también es lo que se requiere para sentarse y escuchar.
Winston Churchill