El guerrero usa un poco de locura. Porque en la guerra y en el amor, no es posible preverlo todo.
Paulo Coelho
La prueba de que la libertad es el ideal divino del hombre, es que ella es el primer ensueño de la juventud, y no se desvanece en nuestro ánimo sino cuando el corazón se marchita y el espíritu se envilece o se acobarda. No hay alma con veinte años que no sea republicana.
Alphonse de Lamartine
¿Televisión? Nada bueno puede venir de una palabra medio griega y medio latina.
Charles P. Scott
Sólo hay una pasión, la pasión por la felicidad.
Denis Diderot
He tenido guantes de boxeo desde antes de que pude caminar y he estado en gimnasios toda mi vida.
Floyd Mayweather
Peor es el roto que el descosido.
Gabriel Meurier
No hay nada que progrese a un ritmo razonable, así que aprendes a ignorar los relojes.
John Grisham
Amamos el silencio, porque donde él impera el alma reina; porque ahí, libre ella del ruido y de las miradas del mundo, recibe nuestras caricias como la esposa que por primera vez se atreve a reclinar la cabeza en nuestro pecho, suspirando por un amorinmortal.
Jorge Isaacs
En la vida animal a los débiles se los elimina pronto. Has de ocultar tus debilidades.
Joyce Carol Oates
Que entre los marxistas no hay completa unanimidad, es cierto..., este hecho no demuestra la debilidad, sino precisamente la fuerza y la vitalidad de la socialdemocracia rusa.
Lenin
La fe hace portentos y salva a las naciones como a los individuos.
Marcelino Menéndez Pelayo
La economía no es una ciencia exacta. Cualquier pronóstico basado en evidencias puede salir horriblemente mal.
Paul Samuelson
Ya no basta con satisfacer a los clientes; ahora hay que dejarlos encantados.
Philip Kotler
¿Cómo puede considerarse el flower power desfasado? La esencia de mis letras es el deseo por la paz y la armonía. Eso es lo que todo el mundo siempre ha querido. ¿Cómo puede estar desfasado?
Robert Plant
Si quieres vivir para ti, debes vivir para los demás.
Séneca
Una novela pierde peso si lo que dicen los personajes no revela intenciones y estados de ánimo.
Silvia Adela Kohan