Empecé a dibujar por casualidad un mapa. Estaba trabajando para un cliente sobre un proyecto, un conocido vio mis bocetos y mostró su interés por comprar uno de mis trabajos. ¡Fue algo tan emocionante! Era la primera vez que alguien se interesaba en lo que hacía alejado del ordenador. Así que tomé fuerzas y emprendí mi recorrido creativo.