Las ideas son como las mujeres, alimentar diez cuesta menos que vestir una.
Paul Masson
Digamos ahora, exponiendo primeramente las dificultades que encierra, que no sólo es único el mundo, sino que es imposible que se formen varios, además de que es eterno, por ser indestructible e ingenerable.
Aristóteles
El hombre sabrá del ser marino, inteligente, le comprenderá y de él aprenderá. Este ser que fue hasta ayer para el hombre un simple pez, pasará a ser un pez de reconocido razonar y de admirable Amor.
Benjamín Solari Parravicini
Quien ha nacido en nuestros días y retorna a los modos de la antigüedad es un estúpido y labra su propia desgracia.
Confucio
Creo en la determinación humana. A lo largo de la historia se ha comprobado que la voluntad humana es más poderosa que las armas.
Dalai Lama
Podemos imaginarlo todo, predecirlo todo, salvo hasta dónde podemos hundirnos.
Emil Cioran
Es imposible imitar a Voltaire sin ser Voltaire.
Federico II
La vejez no nos vuelve infantiles, como dicen, sino que nos encuentra todavía cual verdaderos niños.
Goethe
Se tiene el talento para honrarse con él, no para deshonrar a los demás.
José Martí
Si siente amor, señor, su fortuna no puede ser un impedimento.
Mia Wasikowska
Si eres prudente, goza el momento que pasa; lo futuro, ¿qué encerrará?
Omar Jayam
No se puede ser un buen líder, a menos que te guste la gente. Es la mejor manera de obtener lo mejor de ellos.
Richard Branson
La materia es dura, la materia es indestructible. Por lo tanto, la materia es incomprensiva, la materia es cruel.
Roque Dalton
Si valoramos ampliamente el papel, en último extremo decisivo, de los aparatos ideológicos del Estado capitalista, se infiere que darles la vuelta, no obstaculizando sino favoreciendo los procesos en curso, es una parte capital de toda estrategia revolucionaria moderna.
Santiago Carrillo
El derecho a no realizar nada excepcional o que contraríe vulgares conductas lo paga cada cual con su omisión, de él, y hasta diríamos que con su muerte, en tanto que él.
Stéphane Mallarmé
Desde hace ochenta años ha venido a la tierra un nuevo dios: el dinero.
Vicente Blasco Ibáñez