La libertad que goza la sociedadoccidental bajo el imperio de la ley y el gobierno constitucional se explica tanto por la calidad de su civilización como por su riqueza.
Paul Johnson
El alma es inmortal: puede una hora labrar tu eterna suerte. Ejerce la virtud... a Dios adora... y lo demás te enseñará la muerte.
Alberto Lista
Felicidad es tener buena salud y mala memoria.
Cesare Beccaria
Ser un payaso, un payaso, Todo el mundo ama a un payaso. La Ley de tonto, juegan a la ternera, Y siempre tendrá la última risa.
Cole Porter
El teatro es el lugar donde las lágrimas de virtuosos y malvados hombres se mezclaron por igual.
Denis Diderot
El amor que es un necio a los veinte años es un loco del todo a les sesenta.
George Sand
La mujer es la reina del mundo y la esclava de un deseo.
Honoré de Balzac
No es lo mismo el que lleva el hijo a una escuela privada o concertada que quien lo lleva a una escuela pública: hay muchos escolares inmigrantes y ello conlleva un retraso en el rendimiento global del aula.
Josep Antoni Duran i Lleida
Más moscas se cazan con una gota de miel que con un barril de vinagre.
Juan Bosco
Usando un vestido puedo demostrar que puedo ser tan femenino como quiero. Soy un heterosexual... Gran cosa. Pero si fuera un homosexual, tampoco me importaría.
Kurt Cobain
Te fuiste lo mejor que tenía, baby, no me mires tan furioso.
LeToya Luckett
No paséis el tiempo soñando con el pasado y con el porvenir; estad listos para vivir el momento presente.
Mahoma
Hay niños jugando en la calle que podrían resolver algunos de mis problemas clave en física, debido a que ellos tienen formas de percepción sensitiva que perdí hace mucho tiempo.
Robert Oppenheimer
La misión de Google es organizar la información del mundo, haciéndola útil y accesible universalmente.
Sergey Brin
Subiría gustoso, pero temo la caída.
Walter Raleigh
Los exploradores, que preparaban el camino del mejor modo posible, y una parte de la vanguardia fueron devorados antes de poder advertirlo. La confusión era extrema; los lobos, los tigres y demás carniceros, invitados por sus compañeros, acudían de todas partes. Se escuchaban crujidos de huesos y, en el aire, un espantoso aleteo; los buitres comenzaban a añadirse al festín.
William Beckford