La televisión un invento ruso para destruir la educación americana.
Paul Erdős
En realidad, mejor morir de pie que vivir de rodillas es una frase de bastante mal gusto, pensando en los inválidos.
Andrés Calamaro
En suma te lo digo, tómalo tú mejor. El dinero del mundo es gra rrebolvedor: señor faze del syervo, de señor servidor; toda cosa del sygro se faze por su amor.
Arcipreste de Hita
Todos los santos, de Mahoma a Francisco Javier, no han sido sino una mezcla de locura, orgullo y autodisciplina; esto último podía haber tenido mucha menos trascendencia, pero esos hombres se vengaron siempre de sus propios castigos imponiendo los máximos rigores a los demás.
Charles Maturin
¡Patria o muerte!
Che Guevara
La deuda es una droga, llevo todo el libro repitiéndolo. Nubla la prudencia valorativa, nos hace sentir fuertes, poderosos, nos hace ver el presente de color de rosa y aún más el futuro. Y es un engaño porque la deuda, como la droga, no es otra cosa que esclavitud...
Daniel Lacalle Fernandez
Pues estaba acostumbrado a caminar en la noche y le gustaba mirarle a la cara a todo lo dormido.
Friedrich Nietzsche
El hombre es el inteligente más animal que existe.
Jaume Perich
El papel del crédito bancario es financiar el restablecimiento del capital circulante una vez que se haya producido definitivamente la recuperación de los negocios.
John Maynard Keynes
Esta noche Dios se ha disfrazado de Michael Jordan.
Larry Bird
Olvidémonos de los aspectos de dentro y fuera. Los agricultores de todas las partes del mundo son en el fondo los mismos agricultores. Digamos que la llave de la paz se encuentra cerca de la tierra.
Masanobu Fukuoka
No hay tiempo mejor empleado que el que se invierte en santificar el alma del prójimo.
Pío de Pietrelcina
Fácil se nos hace la cura, por grave que sea, si se siente provecho en ella.
Séneca
Ojalá que la lluvia deje de ser milagro que baja por tu cuerpo. Ojalá que la luna pueda salir sin ti. Ojalá que la tierra no te bese los pasos.
Silvio Rodríguez
Los amores cobardes no llegan a amores ni a historias; se quedan allí. Ni el recuerdo los puede salvar, ni el mejor orador conjugar.
¡Cuánto pesa esta corona!
William Shakespeare