Me alegro de que te alegres de que me alegre de que te alegres.
Paul Auster
Está claro que los padres tienen que estar pendientes de lo que hagan sus hijos en la red, a fin de cuentas, son los mejores jueces y los que tienen más presente sus intereses.
Eric Schmidt
El amor es contagioso como el odio...
Francisco Umbral
No es el patrón el que paga los sueldos, él solo tiene el dinero. Es el producto el que paga los sueldos.
Henry Ford
Tanto si piensas que puedes, como si piensas que no puedes, estás en lo cierto.
Si la magia se ha esfumado quiere decir que ha habido, no está mal para la primera cita.
John Cusack
Los libros son el no va más de los dejados. Los dejas y te esperan toda la vida; les prestas atención y siempre te corresponden.
John Green
No renegamos, propiamente, la herencia española; renegamos la herencia feudal.
José Carlos Mariátegui
Nada sienta tan bien en la frente del vencedor como una corona de modestia.
Juan Donoso Cortés
Lo importante es que brille Jesús, no quién sea el burro que tiene el privilegio de llevarlo. Si aprendiéramos esto habría menos competencia desleal, iglesias divididas, denominaciones peleadas y ministerios frustrados.
Lucas Leys
Vi al horrible fantasma de un hombre extendido y que luego, tras la obra de algún motor poderoso, éste cobraba vida, y se ponía de pie con un movimiento tenso y poco natural. Debía ser terrible; dado que sería inmensamente espantoso el efecto de cualquier esfuerzo humano para simular el extraordinario mecanismo del Creador del mundo.
Mary Shelley
La felicidad no es más que una opinión.
Maurice Maeterlinck
Problema. Hacer ver lo que ves, por intermedio de una máquina que no lo ve como tú lo ves.
Robert Bresson
La gente cree que soy una persona bastante extraña. Eso es incorrecto. Tengo el corazón de un niño pequeño. Está en un frasco de vidrio sobre mi escritorio.
Stephen King
La existencia es un manjar que sólo gusta por la salsa con que se adereza.
Victor Hugo
Si yo hubiera servido a mi Dios con la mitad del celo que a mi rey, no me hubiera dejado, a mis años, desnudo en medio de mis enemigos.
William Shakespeare