Dadme la libertad o dadme la muerte.
Patrick Henry
Nacimos gritando porque somos hijos de la revolución.
Alex Pimentel
Ningun borracho come lumbre.
Alfonso Lanzagorta
Por un clavo se pierde una herradura, y por una herradura un caballo, y por un caballo un caballero.
Anónimo
El revolucionarioauténtico, según ellos, sabe que la humanidad importa siempre más que los individuos y no teme seguir cada uno de sus pensamientos hasta su conclusión lógica.
Arthur Koestler
Yo creo que hay un lugar para tocar la guitarra. Hay un lugar para cantar el blues.
B.B. King
Entré por la puerta grande y salí por la puerta grande.
Carlos Menem
Si quieres ser viejo mucho tiempo, hazte viejo pronto.
Cicerón
Yo soy la víctima de una persecución que me han hecho Menem y Yabrán. Lo único que me pueden reclamar es que nunca encubrí los actos de delincuencia, corrupción y del crimen organizado.
Domingo Cavallo
Idiota: Del griego idiotés, utilizado para referirse a quien no se metía en política, preocupado tan sólo en lo suyo, incapaz de ofrecer nada a los demás.
Fernando Savater
El ritmo, el gran rebelde me rinde vasallaje, y cuando quiero ríe, y cuando quiero vuela, y he domado mi estilo, como un potro salvaje, a veces con el látigo u a veces con la espuela.
Francisco Villaespesa
Dios es una fuente perenne; nadie da tanto como él.
Gertrud Von Le Fort
La luna olvidada espera en la ventana del cielo abierta a la tarde.
Juan Cunha
No es solamente el ejercicio de un derecho, no es solamente el cumplimiento de un deber cívico; es algo más, es la imperiosa exigencia de nuestra dignidad ultrajada, de nuestra personalidad abatida; es algo más todavía, señores: es el grito de ultratumba, es; la voz alzada de nuestros beneméritos mayores que nos piden cuenta del sagrado testamento cuyo cumplimiento nos encomendaron!.
Leandro Alem
Si la naturaleza hubiera fijado una sola regla para la calidad de los miembros, las fisonomías de todos los hombres serían semejantes, y no sería posible distinguirlas unas de otras; pero ella ha variado de tal modo las cinco partes del rostro que, aunque haya establecido una regla general para la proporción, no ha seguido ninguna para la calidad; de manera que es fácil reconocer cada semblante.
Leonardo da Vinci
Al cerrar una puerta cogemos los dedos al silencio.
Ramón Gómez de la Serna