Lo mismo permanece en lo mismo, y descansa en sí mismo.
Parménides de Elea
No es necio el que hace la necedad, sino el que, hecha, no la sabe encubrir.
Baltasar Gracián
Hay personas divertidas que no interesan, y personas interesantes que no divierten.
Benjamin Disraeli
Como una escuela de todas las cosas, ya de muchacho me diste entre asombros el cigarrillo... La fe de mis sueños y una esperanza de amor.
Enrique Santos Discépolo
Es bueno que la gente no conozca el sistema bancario y monetario, si no habría una revolución mañana por la mañana.
Henry Ford
El socialismo no tiene nada que ver con el populismo, que ofrece dádivas de arriba. Y el socialismo se construye de abajo hacia arriba. Comienza con cooperativas y con organizaciones no gubernamentales; el socialismo auténtico no es estatista. Le deja libertad al individuo.
Mario Bunge
Una cabeza bien formada será siempre mejor y preferible a una cabeza muy llena.
Michel de Montaigne
Considero un asunto muy grave el matar a los hombres por creer que están en el error o por algún detalle de interpretación escriturística, cuando sabemos que el más elegido se puede equivocar.
Miguel Servet
Lo peor no es caer; es quedarse tirado en el suelo.
Paulo Coelho
Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar.
Proverbio
Los bellos caminos no llevan lejos.
Proverbio Chino
Yo siempre digo que es mejor pecar de amabilidad. Ese es el secreto. Si no sabes qué hacer, pues sé amable.
R. J. Palacio
Aprehender, sí. Primero asimilando los matices y contornos ocultos. Lo húmedo, lo tibio, y si soy afortunado el rumor de tu sangre abriendo zanja en la vida.
Roberto Obregón
Los duques, en latín duces eran los generales en tiempos de guerra; los condes, comites, eran, por razón de amistad, los que acompañaban al general, y se les encargaba gobernar y defender las plazas ya conquistadas y pacificadas; los marqueses, marchiones, eran los que gobernaban las marcas o provincias fronterizas del imperio.
Thomas Hobbes
Puede uno sonreír y más sonreír.. y ser un canalla.
William Shakespeare
Nuestro amor fue como la mayor parte de los amores: un corto resplandor, un breve temblor, un capullo de rosa, un par de guantes perfumados, un no te vayas aún, junto a la orilla, algunas envidias de algún heredero, algunas angustiosas esperanzas de morir, un retrato, un rizo rubio, los juramentos de costumbre, y después el separarnos para siempre.
Winthrop Mackworth Praed