Empecé a trabajar en el taller, me armé una casa rodante, me armé una Chevy para correr... Juanse venía siempre a visitarme, hasta que un día me dijo: '¡Salí de debajo de los autos, ponete algo como la gente, que nos vamos a Velez a tocar de soporte de Keith Richards...!'. Yo no pensaba tocar más. Y ahí empecé a tocar de vuelta.