Los pobres, los pobres, pensé, e inmediatamente me acordé de Francisco de Asís.
Papa Francisco
El color no tiene fin. Cada color expresa un momento, una emoción y como yo quiero rendir homenaje a los colores aún después de muerto, pinté yo mismo mi ataúd con los colores argentinos por dentro, y por fuera con los siete del arco iris.
Benito Quinquela Martín
Aprende de los errores ajenos. No vivirás lo suficiente como para cometerlos todos.
Eleanor Roosevelt
Este país necesita poetas.
Glauber Rocha
Hay siempre fecundación de savia nueva en las inmolaciones sufridas.
Julián Sancerni Giménez
Muchas veces no sé exactamente cuál es la diferencia entre realidad y arte. Prefiero pensar que no la hay.
Juliette Binoche
En almas delicadas el amor se presenta bajo el velo de la estima.
Madame Roland
Nada causa tanto pesar al espíritu humano como el que, después de una rápida sucesión de acontecimientos que le llevan a un estado de congoja, se sucedan la mortal calma de la inacción y la certeza de lo irremediable, condiciones que le privan de experimentar tanto el miedo como la esperanza.
Mary Shelley
Estoy entusiasmado y muy feliz por formar parte de este proyecto tan lindo.
Maximiliano Gastón López
Es común que se piense, equivocadamente, que quienes están a favor del libre mercado también están a favor de todo lo que hacen las grandes empresas. Nada podría alejarse más de la verdad.
Milton Friedman
Aunque es necesaria la virtud, no se necesita demasiado de ella; el exceso es siempre un defecto.
Monvel
Quien sólo busca el aplauso de los demás, pone su felicidad en manos ajenas.
Oliver Goldsmith
Es suficiente juzgar bien para hacer bien, y juzgar lo mejor posible para obrar también de la mejor manera. Cuando se está seguro de que es así, uno no puede dejar de estar contento.
René Descartes
He mudado tantas veces mis sentimientos honestos que la vida se me está haciendo corta para tantos recuerdos.
Roque Valero
Los dioses no han hecho más que dos cosas perfectas, la mujer y la rosa.
Solón
La promesa de que la vida puede continuar por dolorosas que sean nuestras pérdidas, que puede volver a ser buena. Y eso solo puede dármelo Peeta. Así que, después, cuando me susurra: - Me amas. ¿Real o no? Yo respondo: - Real.
Suzanne Collins