Cuando México sea una nueva República, el ejército será disuelto, pues ya no lo necesitaremos. Daremos trabajo a los soldados y estableceremos en todo el país colonias agrícolas con los veteranos de la Revolución.
Pancho Villa
No soy una gran cantante y una pequeña conversadora. Soy todo el paquete.
Anastacia
La intemporalidad propia de la filosofía ha tendido a influir en el modo en que contemplamos la intemporalidad de los objetos que interesan a la filosofía.
Arthur C. Danto
El conocimiento si no se sabe aplicar es peor que la ignorancia.
Charles Bukowski
Aprendí a considerar más el aspecto brillante de mi situación que lo que me faltaba, y este recurso, a veces, me proporcionó tan inefable consuelo, que apenas puedo expresarlo.
Daniel Defoe
Cuando la voz de la razón se alce con más frecuencia contra el fanatismo, podrá entonces hacer más tolerantes a las generaciones futuras.
Federico II
Podemos cambiar, pero nadie puede obligarnos a hacerlo. El cambio suele ocurrir cuando enfrentamos una verdad incuestionable, algo que nos obliga a revisar nuestras creencias.
Isabel Allende
Los grados religiosos son unas grandes blasfemias al intelecto y al razonamiento humano.
Ismael Leandry Vega
Sí, en el cine todo te distrae: desde un señor que está colocando un foco, hasta otro que está cambiando la película de la cámara, o quizás esté haciendo mediciones con un foco y se acerca con una cinta y te la coloca delante. Es decir, tú aprendes a concéntrate en medio de todo eso.
Luis Tosar
Aprendamos a esperar siempre sin esperanza; es el secreto del heroísmo.
Maurice Maeterlinck
Pienso en Colin todos los días de mi vida.
Nigel Mansell
Por el camino del medio irás siempre muy seguro.
Ovidio
Los duelos con pan son menos.
Proverbio
Sólo al soñar tenemos libertad, siempre fue así y siempre así será.
Robin Williams
El hombre, cuanto más asciende de la escala de la felicidad tanto más sube en la escala de las exigencias.
Severo Catalina
A veces, las decisiones que parecen más inofensivas llevan implícitas consecuencias que cambiarán tu vida.
Yehuda Berg