Madrid es una ciudad canalla, pero está muy calmada y correcta.
Paco León
La vida no perdona la debilidad.
Adolf Hitler
Es un milagro que la curiosidad sobreviva a la educación reglada.
Albert Einstein
Cumple con tu deber, y no te apartes de él. Haz lo que tu conciencia te diga, y deja las consecuencias a Dios.
Benjamin Robert Haydon
No sé cual es la clave del éxito, pero la clave del fracaso es intentar agradar a todo el mundo.
Bill Cosby
Un problema bien encarado es un problema medio resuelto.
Charles Kettering
¡Oh dulces prendas, por mi mal halladas, dulces y alegres cuando Dios quería! Juntas estáis en la memoria mía y con ella en mi muerte conjuradas.
Garcilaso de la Vega
La vida de civil resultará increíblemente aburrida. Sin multitudes que te reciban llenas de júbilo, sin flores, sin aviones privados. Estoy convencido de que el mejor final para un oficial es la última bala de la guerra.
George Patton
No me perdonan lo que ellos no supieron.
Julio Cortázar
Canto sin querer, necesariamente, irremediablemente, fatalmente, al azar de los sucesos, como quien come, bebe o anda y porque sí; moriría si no cantase, moriría si no cantase...
Pablo de Rokha
De allí que en las Américas la vida sea fácil para el gallego. No se siembra sobre piedras. La tierra es tan tierna que en verano se la cruza en ferrocarril entre grandes nubes de polvo.
Roberto Arlt
No hay cosa perpetua, y aun son muchas las que poco duran.
Séneca
Las penas de la vida deben consolarnos de la muerte.
Sócrates
En mi vida personal lo más notable fue la llegada del huésped que amistosamente se instaló en aquellos años en mi casa, un huésped que yo no había esperado: el éxito.
Stefan Zweig
En los casos de exterminios masivos de personas la población local no profesa un odio sanguinario contra las mujeres, los ancianos y los niños que van a ser aniquilados. Por ese motivo, la campaña para el exterminio masivo de personas exige una preparación especial. En este caso no basta tan sólo con el instinto de conservación: es necesario incitar en la población el odio y la repugnancia.
Vasili Grossman
En el crepúsculo de la memoria volveremos a reunirnos, volveremos a hablar juntos, y cantaréis para mí un canto más profundo: y si vuestras manos vuelven a encontrarse en otro sueño, construiremos otra torre en el cielo.
Yibrán Jalil Yibrán