¿Estoy llorando o mis ángeles tienen goteras?
Pablo Hasél
El que no posee el don de maravillarse ni de entusiasmarse más le valdría estar muerto, porque sus ojos están cerrados.
Albert Einstein
Fue la juventud la que con su gorro azul te llevaba en bicicleta por el monte Urgull.
Amaia Montero
Mi tenaz y errante espíritu no me permitía permanecer en casa mucho tiempo.
Buffalo Bill
La máquina militar, el ejército y cuanto a el pertenezcan es en el fondo bien sencillo, y parece, por lo tanto, fácil de manejar. Mas reflexionando se ve que ninguna de sus partes está compuesta de una sola pieza; que todas están compuestas de individuos, cada uno de los cuales conserva en todas partes su propia fricción.
Carl von Clausewitz
Hoy en día, muchas etiquetas vehementes que predominaron durante décadas han dejado de funcionar. Dudo mucho de que algún arquitecto se defina hoy como funcionalista y no creo tampoco en los ideales absolutistas, que tanto daño le han hecho al ser humano.
César Pelli
Si el dolor no madura, nada puede hacerlo.
Eduardo Angeloz
Harry Potter no es Crepúsculo, ¿sabes? No estamos vendiendo sexo, así que cuando hay una insinuación de eso, todos se ponen muy entusiastas.
Emma Watson
Es necesario tener la idea de lo infinito, la idea de lo perfecto, como diría Descartes, para conocer su propia imperfección. La idea de lo perfecto no es idea, sino deseo.
Emmanuel Lévinas
Quien ha sido tu amigo durante muchos años habla con una autoridad que es venenosa si la emplea en tu contra.
Javier Marías
No hay arquitectura más excelsa que la basada en la simplicidad.
John Ruskin
No hay fuerza mas poderosa que la mente humana y Quien domina la mente lo domina todo.
Kalimán
Seguiré yo solo, si no crees que haya cosas en el mundo que merezcan ser salvadas.
Laura Gallego García
Los africanos somos tan humanos como los blancos porque el color negro es un don de Dios.
Muamar el Gadafi
El móvil, con 100 contactos en la agenda y solo cuatro amigos.
ToteKing
Los gatos son misteriosos; pasa más por su mente de lo que nunca podríamos imaginarnos.
Walter Scott