Al patrón y al pichón, con perdigón.
Pablo Castellano Cardalliaguet
Y Mortadelo y Filemón, también.
Alfredo Pérez Rubalcaba
De diez cabezas, nueve embisten y una piensa. Nunca extrañeis que un necio se descuerne luchando por la idea.
Antonio Machado
Gracias a Dios mira como estoy, de puta madre.
Belen Esteban
A través del orgullo nos engañamos a nosotros mismos.
Carl Gustav Jung
El 25 de diciembre, amigos míos, es la antigua festividad pagana del sol invictus, el sol invicto, que celebraba el solsticio de invierno. Ese maravilloso momento del año en el que el sol regresa y los días empiezan a ser más largos.
Dan Brown
No sólo se ataca por hacer daño alguno, por vencerle, sino a veces por el mero deseo de adquirir conciencia de la propia fuerza.
Friedrich Nietzsche
Manrique amaba la soledad, y la amaba de tal modo, que algunas veces hubiera deseado no tener sombra por que su sombra no lo siguiese a todas partes.
Gustavo Adolfo Bécquer
Las mujeres parece que no buscan su media naranja, sino, su medio limón porque buscan al hombre que las haga sufrir.
H.L. Weniger
¿Qué mayor dicha para dos enamorados que esa honrada consagración de un cariño, libertado ya del vil egoísmo de un mutuo amor sin fin ninguno y, lo que es peor para el amor mismo, sin esperanzas posibles de renovación?
Horacio Quiroga
La comprensión es el primer paso para la aceptación, y sólo aceptando puede recuperarse.
J. K. Rowling
A las buenas costumbres nunca me he acostumbrado.
Joaquín Sabina
¿Hasta dónde llegarías para obtener respuestas? ¿Qué estarías dispuesta a hacer?
Michael Fassbender
Sabemos lo que significa la muerte, pero cuando su sombra aparece a lo lejos, la Tierra gira en torno a nosotros. Con todo, las punzadas del dolor se apoderarán de nosotros cuantas veces perdamos a nuestros seres queridos. Tú también morirás dejando las esperanzas tras de ti. La vida es atractiva, aun si sufres por el amor.
Naguib Mahfuz
Las personas temen ofender o lastimar a los otros, no porque sean amables, sino porque no les preocupa la verdad.
Susan Sontag
Que manden los que tienen qué perder.
Vicente Blasco Ibáñez