Así el Amor es más intratable y más tirano para los corazones rebeldes que con aquellos que reconocen su imperio.
Ovidio
En aquella Noche Triste, muere un mundo y nace otro, esa nueva América nace de la brutalidad, ya que es un episodio sangriento por ambas partes. Es el amanecer de un mundo nuevo, con lo bueno y lo malo.
Arturo Pérez-Reverte
El poder analítico no debe confundirse con el simple ingenio, porque mientras el analista es necesariamente ingenioso, el hombre ingenioso está con frecuencia notablemente incapacitado para el análisis.
Edgar Allan Poe
Pensar que fui el estudiante soñador y tú la humilde y bella flor que perfumaba mi sentir.
Enrique Cadícamo
Muerte es todo lo que vemos despiertos; sueño lo que vemos dormidos.
Heráclito
¿Qué es el pensamiento único? La traducción a términos ideológicos de pretensión universal de los intereses de un conjunto de fuerzas económicas, en especial, las del capital internacional.
Ignacio Ramonet
Nunca sueño cuando duermo, sino cuando estoy despierto.
Joan Miró
Sus caricias son sueños, entreabren la muerte, son lunas accesibles, son la vida más alta.
Jorge Guillén
En tu patria es el único pecado decir verdad y no tener dinero.
Juan Pablo Forner
La educación gratuita es siempre una buena inversión que todas las sociedades deben hacer.
León Lederman
Hablé, lloré y entré por aquel lado, porque no tiene Dios puerta cerrada al corazón contrito y humillado.
Lope de Vega
Con pocas palabras voy a hacerte entender mi alma.
Miguel Ángel Buonarroti
Eres mi penique reluciente en la cuneta. Vales más que la sal o que la luna una larga noche de caminata. Eres un vino dulce en mi boca, una canción en mi garganta, y la risa en mi corazón.
Patrick Rothfuss
El pueblo debe saber si su presidente es un ladrón o no. Que no soy ladrón.
Richard Nixon
Habla suave y lleva un grueso bastón.
Theodore Roosevelt
Es preciso tener en cuenta la cobardía, la debilidad y la inconstancia y la falta de equilibrio de las masas. Hay que darse cuenta de que la fuerza de las masas es ciega, desprovista de razón en su discernimiento y que oscila sin voluntad de un lado a otro.
Umberto Eco