Un placer sin riesgos nos complace menos.
Ovidio
Con las cosas más bellas guardaré tu recuerdo que el tiempo no logró sacarlo de mi alma.
Alberto Cortez
Todo el mal reside en el hecho de que yo te quiero y tú no me quieres. Me esfuerzo por encontrar el significado de esta condena, de interpretarla y justificarla.
Borís Pasternak
¡Ah, qué caliente la piel de una mujer, la piel que esconde!
Den Sute-jo
Proponerse ser bueno es serlo ya.
Edme-Pierre Beauchêne
No emprendas nada en serio en un arrebato.
Fiódor Dostoyevski
Una mujer ingeniosa es un tesoro, una beldad con ingenio es una potencia.
George Meredith
El suministro de suficientes alimentos a las ciudades constituye un reto cada vez más apremiante, que requiere la integración coordinada de los productores de alimentos, los transportistas, los operadores del mercado y los numerosos vendedores al por menor.
Jacques Diouf
Vivir en París desde hace cuarenta años me ha marcado, sin duda. Desde mi primer libro, y en todos los siguientes, París siempre ha estado muy presente.
Jean Echenoz
Los cortesanos morirían de aburrimiento si no supieran llenar el tiempo con sus ceremonias.
Johann Peter Eckermann
La aspiración a una vida democrática, libre y apacible será siempre el punto de mira de la ciencia política, por encima de toda modaLa forma y el contenido de la democracia.
José Antonio Primo de Rivera
Ahí, en el sentimiento vago del Infinito, es donde está la Soberana emoción artística, derivada del sonido, de la forma y del color.
José Pereira da Graça Aranha
Entre tú y yo se levantaba un muro de Berlín hecho de horas desiertas añoranzas fugaces.
Mario Benedetti
El día que sigue es discípulo del que precede.
Publilio Siro
Los puertos y las estaciones son mi pasión. Cada estación es distinta, cada uno lleva en sí mismo una lejanía diferente. Cada puerto, cada barco lleva una carga diversa. Son el mundo en nuestras ciudades.
Stefan Zweig
Para las masas en su existencia más honda, inconsciente, las fiestas de alegría y los incendios son sólo un juego en el que se preparan para el instante enorme de la llegada de la madurez, para la hora en la que el pánico y la fiesta, reconociéndose como hermanos, tras una larga separación, se abracen en un levantamiento revolucionario.
Walter Benjamin