En el corazón del siglo soy un ser confuso y el tiempo aleja cada vez más el objetivo y el fresno cansado del bordón y el miserable verdín del cobre.
Ósip Mandelshtam
El instinto sexual no es nada más que la voluntad absoluta de vivir.
Arthur Schopenhauer
Cada hombre es el arquitecto de su propia fortuna.
Cayo Salostio
¡Y cuán grande es también la diversidad de las cascadas! Yo conozco una, encantadora entre todas, que se oculta bajo las flores y el follaje.
Élisée Reclus
Menos mal hacen los delincuentes que un mal juez.
Francisco de Quevedo
Los oradores son similares a las ranas: éstas cróan en el agua; ellos en el estrado del tribunal.
Gorgias
El tiempo dedicado solo a mirar, escuchar y absorber tiene un valor tremendo.
John Verdon
El agua misma, la ondulada y fresca, ponga un poco de sol en tu dolor. ¡Pez de luna bruñida no se pesca, pescador!
José Gorostiza
- Etienne Feyder: ¿Cuándo tomará un descanso? - Miembro del equipo: Dice que ya descansó lo suficiente en prisión.
Julian Lewis Jones
El genio es un rayo cuyo trueno se prolonga durante siglos.
Knut Hamsun
Es perdonar al vencido el triunfo de la victoria.
Lope de Vega
¡Siempre he notado que un diamante regalado brilla mucho mejor que uno que comprado por uno mismo!
Mae West
La esencia de la educación Montessori es ayudar al niño en su desarrollo y ayudarlo a adaptarse a cualquier condición que el presente le requiera.
Maria Montessori
Es necesario que vuelva Lenin, Que construyan otro muro en Berlín, Que la historia no llegó a su fin, Y que disparen sobre Leire Pajín.
Nega
La historia oficial argentina es una obra de imaginación en que los hechos han sido consciente y deliberadamente deformados, falseados y encadenados de acuerdo a un plan preconcebido que tiende a disimular la obra de intriga cumplida por la diplomacia inglesa, promotora subterránea de los principales acontecimientos ocurridos en este continente.
Raúl Scalabrini Ortiz
El recuerdo conserva una antigua retórica, se eleva como un árbol o una columna dórica, habitualmente duerme dentro de nuestros sueños y somos en secreto sus exclusivos dueños.
Silvina Ocampo