El desacuerdo total con tres cuartas partes de los británicos es uno de los principales elementos de salud mental, lo que resulta una profunda fuente de consuelo en los momentos de duda espiritual.
Oscar Wilde
No faltan los vocablos para expresar el deseo sexual: libido, apetito, ansia, excitación, pulsión, etc., pero su definición continúa siendo confusa.
Anne de Kervasdoué
Estoy aquí fuera, a mil millas de mi casa, andando un camino en que otros hombres han sucumbido.
Bob Dylan
Yo quiero ser un hombre de tranquilidad, no de paz ingenua, no de armas a la fuerza, no de palabras de la ira, no, quiero ser un hombre de traquilidad.
Carlos Fuentes
Me he teñido el pelo. Ahora es negro. Me imaginé que sería más seguro porque me dijiste que las rubias tienen más probabilidades de coger cáncer de piel.
Chuck Palahniuk
Ya hemos visto que el estilo Renacimiento es una arquitectura de gusto que no busca ninguna lógica, consistencia y justificación aparte de proporcionar placer.
Geoffrey Scott
El infierno es la idea vaga que Dios nos da involuntariamente de sí mismo.
Georges Bataille
El intelectual para quien la definición sustituye a la comprensión, es despreciable.
Hermann Keyserling
No prometimos volver a vernos porque a nuestra edad ya no se hacen planes para mañana.
Julia Navarro
Te puedes adornar con las plumas de otro, pero no puedes volar con ellas.
Lucian Blaga
El olvido y la soledad pactan con la muerte.
Luis Alberto Costales
¡Ah, la juventud...! ¡Siempre alejados de lo que más importancia tiene!
María Vallejo-Nágera
Cuando nos fijamos en el hombre moderno, tenemos que enfrentar el hecho de que el hombre moderno sufre de un tipo de pobreza del espíritu, que se encuentra en marcado contraste con su abundancia científica y tecnológica.
Martin Luther King
Es el cuerpo el que produce el crecimiento, pero sólo si se le deja sin ser molestado durante el suficiente tiempo de descanso.
Mike Mentzer
Sin cierta inmodestia, o dígase confianza excesiva en las propias fuerzas, nadie acomete empresas de importancia.
Santiago Ramón y Cajal
Así pasa la gloria del mundo.
Tomás de Kempis