Incluso el discípulo sirve para algo. Él está de pie tras nuestro trono, y en el momento de nuestra victoria susurra a nuestros oídos que, a fin de cuentas, somos inmortales.
Oscar Wilde
La situación es especialmente delicada en Europa, que se halla, como quien dice, entre dos fuegos: el de Asia y el de Norteamérica.
Amin Maalouf
Es conveniente escuchar a las mujeres y no contestarles.
Anónimo
Si el sexo es un fenómeno tan natural, ¿cómo es que hay tantos libros sobre como hacerlo?
Bette Midler
Muchas veces son los hechos los que hablan, y por ellos se interpreta a las personas mejor que por sus propias palabras.
Carlos Bernardo González Pecotche
Las madres, ¡madre mía!, se mueren para el mundo, ¡para sus hijos, no!
Diego Vicente Tejera
No era tan inteligente, seguro se perdió
Facundo Cabral
El Estado de derecho también se defiende en las alcantarillas.
Felipe González
La fe se va por la ventana cuando la belleza entra por la puerta.
George Edward Moore
Creo que en todo individuo hay cierta tendencia a un determinado mal, a un defecto innato, que ni siquiera la mejor educación puede vencer. - Y ese defecto es la propensión a odiar a todo el mundo.
Jane Austen
Nuestras invenciones reflejan nuestros deseos secretos.
Lawrence Durrell
La sociedad no es otra cosa que una turba de fugitivos de sí mismos.
Madame de Lambert
Los días pueden ser iguales para un reloj, pero no para un hombre.
Marcel Proust
La misión del escritor no consiste en decir lo que piensa, sino en decir lo que los otros creen que han pensado alguna vez.
Noel Clarasó
El trabajo matemático no avanza por el estrecho sendero lógico de una verdad a otra y luego a otra, sino que osadamente o a tientas sigue desviaciones a través del pantano circundante de proposiciones que no son ni simple y totalmente ciertas ni simple y totalmente falsas.
Seymour Papert
He leído con profunda emoción el libro y su documentación sobrecogedora. No puedo describir el sentimiento de aversión y odio que embarga mi corazón al leer estos relatos de degradación humana y crueldad abominable. El silencio solo serviría para fomentar la indiferencia moral del mundo, ustedes han cumplido con su deber al publicar este libro y sacar a la luz pública estos hechos.
Thomas Mann