Diríjase a toda mujer como si estuviera enamorado de ella y a todo hombre como si le estuviera molestando a usted. Y pronto tendrá fama de poseer el más exquisito trato social.
Oscar Wilde
La guerra es el mejor mensajero de la guerra. Jamás avises a un enemigo si has decidido vencerle.
Artur Balder
El patriotismo es la disposición de matar y dejarse matar por razones triviales.
Bertrand Russell
Muchos dicen que han cumplido con su deber, y a mí, me da mucho gusto no haber cumplido ni con la mínima parte de él, para desgracia o fortuna de esta patria.
Carlos Monsiváis
De la forma como se trata a los demás depende gran parte del éxito.
Doménico Cieri Estrada
Los peces no son tan inteligentes como los que los matamos. Pero son más nobles y más hábiles.
Ernest Hemingway
La moral no sabe nada de fronteras geográficas o distinciones de raza.
Herbert Spencer
El hombre ha de escoger entre ser rico en cosas o en la libertad de usarlas.
Iván Illich
Yo no soy los Beatles. Paul no es los beatles. Los Beatles son los beatles. Separadamente, están separados.
John Lennon
Si. Mis ojos tus ojos rechazan el lenguaje más férvido es mudo... Es inútil, evita el saludo, pues tus manos, tus manos me abrazan.
Julio Herrera y Reissig
¿Y usted quién es? Un hombre ni demasiado joven ni demasiado viejo, ni demasiado guapo ni demasiado feo, con mucho pasado, pero... con más porvenir...
Mauricio Garcés
La arquitectura ha sido siempre una profesión moralista y arrogante. Eso de que nosotros lo hacemos todo bien, pensando lo mejor para el mundo. Y siempre he considerado que era un aspecto muy desagradable de la profesión.
Rem Koolhaas
Las demostraciones de la existencia y veracidad de Dios no hacen sino contestarla, afirmando la racionalidad del conocimiento, la posibilidad del conocimiento, la confianza postrera que hemos de tener.
René Descartes
El gobierno más difícil es el de uno mismo.
Séneca
Soy un tipo poco común y gracioso. Bueno, al menos yo creo que soy gracioso.
Shaquille O'Neal
El pesar oculto, como un horno cerrado, quema el corazón hasta reducirlo en cenizas.
William Shakespeare