Él conocía el momento psicológico preciso en que no tenía que decir nada.
Oscar Wilde
Sólo el que cae puede dar a otros el edificante ejemplo de volverse a levantar.
Arturo Graf
Vine a este mundo a las diez de la noche y, a menudo, pienso que tal vez por eso me convertí en un ave nocturna. Cuando se pone el sol, me siento más despierta. Se necesita talento para vivir de noche y esa es la única habilidad que siempre he estado convencida de poseer.
Ava Gardner
La amistad sólo podía tener lugar a través del desarrollo del respeto mutuo y dentro de un espíritu de sinceridad.
Dalai Lama
Hay bastante metafísica en no pensar en nada.
Fernando Pessoa
Esta noche las estrellas tendrán celos de ti, eres una aparición.
Joaquim de Almeida
Siempre me pareció digno de un hombre honrado sacrificar su reputación a la de su Patria. Si esta máxima no constituye el heroismo, es, por lo menos, el resumen de las virtudes más sublimes del ciudadano.
José Miguel Carrera
Todo el mundo quiere estar cerca de Michael. Cada celebridad quiere conocer a Michael. Él es el rey del pop por una razón. Es un misterio.
Justin Timberlake
¿Casado? No, yo soy original.
Mauricio Garcés
En los sueños encontramos un mundo enteramente nuestro.
Michael Gambon
Si tengo que caer en la tentación que sea contigo. No hay mayor pecado que dejar pasar la ocasión.
Olga Salar
Para tener buena salud lo haría todo menos tres cosas: hacer gimnasia, levantarme temprano y ser persona responsable.
El poder. El hombre es un yo puedo, un conjunto de capacidades sensomotrices o intelectuales. El mundo deja de serme ajeno, e incluso hostil, cuando lo domino. Sin embargo, nuestra libertad choca con otras libertades y creemos que nuestra elección se limita a someter a estar sometidos. La servidumbre de algunos de nuestros semejantes nos afianzaría en nuestro poder.
Pierre Sansot
Dejé por ti todo lo que era mío. Dame tú, Roma, a cambio de mis penas, tanto como dejé para tenerte.
Rafael Alberti
Cuando uno tiene todo no se expone.
Roberto Gómez Bolaños
Mejor es esconderse y cuidar de sí, que con descuido propio hacer milagros.
Tomás de Kempis