Cuando somos felices siempre somos buenos, pero cuando somos buenos no siempre somos felices.
Oscar Wilde
Perdona, pero la expresión no tiene un problema de libertad, que tiene un problema de odio, intereses, dinero, color... problemas con la verdad.
Alejandro Sanz
La actuación nunca fue una ambición mía.
Danny Huston
Dadme el sufragio universal e igualitario y se habrá conseguido el principio social que es requisito fundamental de la liberación.
Eduard Bernstein
Fangio es un buen piloto, pero un hombre difícil de conocer.
Enzo Ferrari
Hay altos y bajos con el boxeo, los despidos son parte del deporte y que o bien pueden ayudar o perjudicar a alguien.
Floyd Mayweather
Más fácil es escribir contra la soberbia que vencerla.
Francisco de Quevedo
Perseguir tus pasiones te hace más interesante, y la gente interesante es encantadora.
Guy Kawasaki
Ninguna ha sido más sangrienta que las Cruzadas Cristianas de la Edad Media... Los Cruzados... ultrajaron y despojaron a sus compañeros cristianos y cometieron atrocidades increíbles contra sus enemigos musulmanes.
H. G. Wells
Lo mejor es darle a los demás un papel agradable en la vida, para que lo representen bien.
Jacinto Benavente
El crecimiento del capitalismo ha sido una poderosa influencia en el desarrollo del museo como el albergue propio de las obras de arte, y en el progreso de la idea de que son cosa aparte de la vida común.
John Dewey
Con constancia se puede adquirir confianza en la propia capacidad para hacer cosas por sí mismo, y éste es uno de los aspectos que producen más satisfacciones en esta vida.
John Seymour
Piensan que estoy loco por todos los niños. Pero no soy omnívoro como los cerdos, sino que selecciono.
Lewis Carroll
Todos los grandes éxitos resultan de trabajar y saber perseverar.
Og Mandino
En algunos momentos las personas son incapaces de entender la felicidad.
Paulo Coelho
Mientras se está en una sociedad donde el dinero es el representante de todas las conveniencias y comodidades de la vida, y además es el instrumento de la independencia individual, no puede uno despreciarlo a menos que esté exento, como un ser divino, de toda humana necesidad o neciamente descuidado de su propia independencia.
Ugo Foscolo