La gente enseña para disimular su ignorancia, lo mismo que sonríe para ocultar sus lágrimas.
Oscar Wilde
La realidad exterior, las personas y las cosas, tienen sentido sólo en la medida en que satisfacen o frustran el estado interno del cuerpo. Sólo es real lo que está adentro: lo exterior sólo es real en función de mis necesidades (nunca en función de sus propias cualidades o necesidades).
Erich Fromm
El veneno es veneno aunque venga en píldoras doradas.
Tú eres la inconmovible y desdeñosa, aunque gentil y bella castellana; yo, el trovador que canta al pie del muro sin que se abra a su acento tu ventana.
Estanislao del Campo
Los grandes hombres no son grandes a todas horas ni en todas las cosas.
Federico II
La vanidad es la necedad del egoísmo, y el orgullo, la insolencia de la vanidad.
Fernán Caballero
Queria igualarle, le copiaba, avanzaba, le copiaba, le copiaba.
Fernando Alonso
Cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado para siempre.
Gabriel García Márquez
Puedo imaginarme una época a la que nuestros conceptos religiosos le resulten tan extraños como a la nuestra el espíritu caballeresco.
Georg Christoph Lichtenberg
Durante medio siglo la fotografía ha sido la forma artística de los sin talento.
Gore Vidal
No dividas tu vida entre trabajar y descansar. Haz de tu trabajo una parte integral de tu vivir.
Héctor Tassinari
Quien tiene enemigo y duerme, no se queje de sus males.
Juan Ruiz de Alarcón
Abraza tu peor miedo. Únete a la oscuridad.
Liam Neeson
¿Quién miró jamás lo antiguo que no alabara el tiempopasado y abominara del presente?
Michel de Montaigne
Es preciso recordar que siempre hay un futuro, futuro que es inexorablemente incierto. Con esto no quiero dar un mensaje de pesimismo, ni mucho menos, ya que la incertidumbre puede terminar tanto negativa como positivamente, con la ventaja de que el ser humano tiene facultades para inclinar la balanza a su favor.
Roberto Gómez Bolaños
Mudo. No me encuentro a nadie que me salude ni me diga nada. Soy un extraño en mi Ciudad, mi gran Ciudad de calles polvorientas y enfangadas.
Rolando Escardó