... y en cuanto a creer en las cosas, las creo todas con tal que sean increíbles.
Oscar Wilde
Adiós Madrid. Vuelvo a vivir. Dura raíz, siento al partir que algo de mí se queda aquí ya para siempre: la ardiente ilusión de quererte, ser fuerte y dejarte, sin dejar de amarte.
Alfredo Zitarrosa
Para esos que solo admiten la naturaleza, no hay otra moral, a la larga, que la que cabe en el código penal; y aun ésta ha de guardarse allí muchas veces en vano.
Antonio Cánovas del Castillo
El cerebro posee la extraordinaria capacidad de darte más cuanto más le pides.
Deepak Chopra
Quien te alaba más de cuanto en ti hubiere, cábete de él guardar, que engañar te quiere.
Don Juan Manuel
Cuando uno arriesga no puede evitar los efectos colaterales.
Eloy Moreno
Dónde arden lámparas hay manchas de aceite; donde arden velas, gotas de cera; únicamente la luz del sol ilumina pura y sin mancha.
Goethe
Podéis arrancar al hombre de su país, pero no podéis arrancar el país del corazón del hombre.
John Dos Passos
Los premios tienen menos importancia que el hecho de que un niño de diez años te diga que ama al Capitán Sparrow.
Johnny Depp
Estar endiosados es justificable cuando jugamos como Dios.
Jorge Valdano
Después de haber besado sus cabellos de trigo, nada importa la culpa, pues no importa el castigo.
José Ángel Buesa
El sufrimiento, el amor, el sacrificio, el heroísmo, la generosidad, la crueldad, la avaricia, son valores universales, positivos o negativos, aunque se presenten en hombres y mujeres cuyas vidas no traspasan las lindes de lo local; son universales en el habitante de las grandes ciudades, en el de la jungla americana o en el de los igloos esquimales.
Juan Bosch
Somos los padres quienes debemos mirar y estar disponibles hacia los niños. Nunca los niños debemos sostener ni cuidar a nuestros padres.
Laura Gutman
El honor prohibe acciones que la ley tolera.
Séneca
No será ventajoso para el ejército actuar sin conocer la situación del enemigo, y conocer la situación del enemigo no es posible sin el espionaje.
Sun Tzu
Como bestia de razón, conoce la enormidad del peligro mejor que las otras bestias; pero vive alegre, porque dispone del olvido, y tiene además la certeza de que existe una Providencia sin otra ocupación que velar por él.
Vicente Blasco Ibáñez