Realizaremos la justicia social, pero en austeras formas de disciplina, sin repetir el drama de empujar a masas desvalidas en busca de su redención para arrojarlas a la anarquía, que acabará por destruirlas.
Óscar Únzaga
Si no hubiese podido participar del mundo de los cuentos y si no hubiese podido inventarme mis propios mundos, me habría muerto.
Ana María Matute
Porque crees que me has comprendido has dejado de comprenderme.
Antonio Porchia
Nos morimos, amor, muero en tu vientre que no muerdo ni beso, en tus muslos dulcísimos y vivos, en tu carne sin fin, muero de máscaras, de triángulos oscuros e incesantes.
Jaime Sabines
Si su único objetivo en la vida es ser rico, jamás lo logrará
John D. Rockefeller
Mientras regresaba a pie a la ciudad de Shiloh, Priest se sorprendió a sí mismo pensando obsesivamente en el homicidio: en el modo en que la llave inglesa se hundió en la blanda masa encefálica de Mario, en la expresión del rostro del hombre, en la sangre goteando sobre el estribo. Aquello no era bueno. Debía mantenerse tranquilo y alerta.
Ken Follett
Porque tú eres la espuma de ese río que nace en tus llanuras de verano y muere en mis crepúsculos de frío.
Laura Victoria
La virtud, como el arte, hallarse suele cerca de lo difícil.
Lope de Vega
Nos comprometemos a instruir gratuitamente a todos los niños pobres que nos presente el señor párroco.
Marcelino Champagnat
Su victoria, compañero Mauricio, es una conquista de toda América Latina y un aliento para todos los que creen que un mundo mejor es posible.
Mauricio Funes
No creo que tenga que ser necesariamente negro, pobre y depresivo para ser un hombre de blues.
Mick Jagger
¿Qué es la razón? La razón es aquello en que estamos todos de acuerdo. La verdad es otra cosa. La razón es social; la verdad, individual.
Miguel de Unamuno
Los hijos comienzan la vida amando a sus padres; al hacerse mayores, los juzgan, y en ocasiones los perdonan.
Oscar Wilde
Reinar sobre sí mismo es el reinado más glorioso.
Séneca
Dinero compartido aumenta el amor, dinero regalado lo mata.
Stendhal
A D'Oropel no le hacía falta una torre con diez mil trolls acampados alrededor. Le bastaban un libro de contabilidad y su propio ingenio. Funcionaba mejor, salía más barato y por las noches se podía ir de fiesta.
Terry Pratchett