Nunca harás nada que dé más miedo que mirar a alguien directamente a los ojos y decir la verdad.
Oscar Isaac
La única lucha que se pierde es la que se abandona.
Anónimo
... los antiguos tuvieron por milagro lo que no podían explicar...
Baruch Spinoza
Dios, en cambio, por ser la primera causa de todas las cosas y causa también de sí mismo, se hace conocer a sí mismo por sí mismo.
¿A quién va usted a creer, a mí o a sus propios ojos?
Groucho Marx
Si todo me estuviera permitido, me perdería entre tanta libertad.
Igor Stravinski
Su entusiasmo, su intensidad, la fe en usted mismo, la paciencia con usted mismo y con otros, y la emoción infantil acerca de su futuro ilimitado es el resultado de una simple palabra: actitud.
Jim Rohn
El amor llenará al cabo el pecho de los hombres.
José Martí
Que lo que en realidad se respetaba era el poder, y no la simpatía o la bondad... Después de aquello tuve muchos problemas con la fisique du rol. Es decir, si había alguna persona buena con cara de malo, me molestaba mucho, porque en el cine los buenos tienen cara de buenos, y eso era confuso.
Manuel Puig
Hay dos ocasiones en la vida en las que el hombre no debería jugar: cuando no tiene dinero propio para ello y cuando juega su propio dinero.
Mark Twain
... los días y los años son letras de cambio que vencerán a plazos inevitables. Y que sería estúpido desperdiciar un segundo.
Marta Portal
Cuando hayamos descubierto las leyes que rigen la vida, nos daremos cuenta de que el hombre de acción se ilusiona más que el soñador.
Oscar Wilde
La única recompensa que se puede ofrecer a un artista es una oferta para comprar su obra.
Pierre-Auguste Renoir
La conversación es la expresión de nuestro modo de pensar.
Séneca
Aunque los seres sintientes desean liberarse del sufrimiento, no dejan de crear sus causas, y aunque desean la felicidad, debido a su ignorancia la destruyen como si fuera su enemigo.
Shantideva
La grandeza del hombre está siempre en el hecho de recrear su vida. Recrear lo que le ha sido dado. Fraguar aquello mismo que padece. Con el trabajo produce su propia existencia natural.
Simone Weil