Los dos Bonavenas son reales. Uno busca la publicidad, el ruido para poder subsistir. El otro, que solamente conocen algunos amigos, vive como cualquier hombre común. Es decir, toma mate, le da un beso a la vieja, cría los hijos y anda en coche. No puedo decir que el showman es menos que el otro, porque son distintas las situaciones en las que se mueven.