Pero tú... No debes atarte a mí. Serás siempre, es cierto, y en cualquier mundo en que viva, mi más encantador aroma, la presa más codiciada. Pero no puedes hacer un mundo para mí. En verdad, no es posible que tenga un mundo, pues mi misma naturaleza carece de sentido. El espíritu que mora en mí necesita el mundo de los hombres, y el lobo que también mora en mí necesita la vida salvaje.