La indiferencia del mexicano ante la muerte se nutre de su indiferencia ante la vida.
Octavio Paz
Je suis le saint, en prière sur la terrase, comme les bêtes pacifiques paissent jusqu'à la mer de Palestine. Je suis le savant au fauteuil sombre. Les branches et la pluie se jettent à la croisée de la bibliothèque.
Arthur Rimbaud
Quien ahorra gana. Yo podría ayudarle a ahorrar dinero y problemas.
Dashiell Hammett
El que respira, dice: tengo todavía todo por respirar. El infeliz, dice: tengo todavía lugar para las desdichas de los otros. El que ha muerto, nos dice: no conozco nada todavía, no puedo estar muerto.
Elias Canetti
Más vale que así lo hagamos.
Fernando Pessoa
El hombre crece junto con sus grandes fines.
Friedrich Schiller
El arte es una línea alrededor de tus pensamientos.
Gustav Klimt
Los hombres se quejan de la injusticia y el abuso hasta que son capaces de ganar fuerza. Una vez que este poder está en sus manos, lo usan si es necesario para la comisión de injusticias y abusos.
Henry Becque
La única garantía contra la esclavitud política es el freno que puede mantener sobre los gobernantes la difusión entre los gobernados de la inteligencia, la actividad y el espíritu público.
John Stuart Mill
Se habla mucho del derecho a la vida, pero no de lo importante que es el deber de vivirla.
José Luis Sampedro
Para convencerse de que resulta ridículo tomar la moda como principio de conducta, basta mirar algunos retratos antiguos.
Josemaría Escrivá de Balaguer
Las desilusiones te hacen abrir los ojos y cerrar el corazón.
Marilyn Monroe
Pronto cansa la altanería de una mujer hermosa; nunca aburre la de una mujer buena.
Montesquieu
Los que no ven ninguna diferencia entre alma y cuerpo, no tienen ninguna de las dos cosas.
Oscar Wilde
El gobierno es como un bebé. Un canal alimenticio con gran apetito en un extremo y ningún sentido de la responsabilidad en el otro.
Ronald Reagan
El amor es de la misma esencia que el alma humana. Como ella, es una chispa incorruptible, indivisible e inmortal. Es un fuego que llevamos dentro y que nada puede sofocar ni apagar.
Victor Hugo