La impaciencia entorpece el pensamiento y lo transforma en impulso. La paciencia es inteligencia, por lo tanto es equilibrio y armonía del espíritu.
Norys Uribe Santana
Lamentablemente su muerte era predecible, ya que como se suele decir, él iba más rápido que los autos que conducía.
Alain Prost
La vida es fascinante: sólo hay que mirarla a través de las gafas correctas.
Alejandro Dumas
Lamentablemente, en estos tiempos en que se ha perdido el valor de la palabra, también el arte se ha prostituido, y la escritura se ha reducido a un acto similar al de imprimir papel moneda.
Ernesto Sabato
Es tan natural morir como nacer.
Francis Bacon
A la metafísica se la puede llamar la ciencia que trata de los errores del hombre como si fueran verdades fundamentales.
Friedrich Nietzsche
La religión ha creado toda una gama de restricciones que le impiden a los seres humanos tener una libertad plena.
Ismael Leandry Vega
Haz todo el bien que puedas, por todos los medios que puedas, de todas las maneras que puedas, en todos los sitios que puedas, a todas las horas que puedas, a toda la gente que puedas, durante todo el tiempo que puedas.
John Wesley
La competitividad no depende ni del tamaño ni de los recursos: Depende de la iniciativa para la innovación.
Jorge González Moore
Comienzo la creación en un instante del poema separo tinieblas. Me creo a mí mismo.
José Barroeta
La historia es un sistema, el sistema de las experiencias humanas, que forman una cadena inexorable y única.
José Ortega y Gasset
Los racionalistas envejecidos y con una melancolía fin de milenio comprobamos una vez más que los vicios, como los tópicos, no por absurdos son menos necesarios: necesitamos jefes para no creer en nosotros mismos y necesitamos peligros ya conocidos porque presentimos que son mucho peores los que aún no nos atrevemos a conocer.
Manuel Vázquez Montalbán
La variedad de las pretensiones no tiene fin. Hasta existe quien tiene la pretensión de no tenerlas.
Santiago Rusiñol
Ninguna cosa hay tan adversa, en la que el alma justa no encuentre algún consuelo.
Séneca
Me gusta trabajar, y no porque yo sea presidente me voy a privar de ese placer.
Soichiro Honda
Hay dos clases de compasión. Una, la débil y sentimental -que no es exactamente compasión, sino una defensa instintiva del alma frente al dolor ajeno. Y la otra, la única que cuenta, es la desprovista de lo sentimental- dispuesta a aguantar con paciencia y resignación hasta sus últimas fuerzas e incluso más allá.
Stefan Zweig